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Godfrey Guillaumin

Doctorado en filosofía en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) en 1997, con especialidad en el área de Historia y Filosofía de la Ciencia. Realizó en 2000 una estancia postdoctoral de un año en el Center for Philosophy of Science de la Universidad de Pittsburgh, EEUU, y estancias de investigación en la Universidad de Chicago, en la Universidad de Texas en Austin y en la British Library de Londres.

PRESENTACIÓN

Las preguntas fundamentales que han estado detrás de mis investigaciones, desde hace dos décadas, han sido: ¿Cómo los seres humanos hemos desarrollado y mejorado conocimiento confiable sobre nuestro universo? ¿Cómo, y por qué, hemos ido sustituyendo creencias y prácticas antiguas por mayores y mejores conocimientos y prácticas científicas? ¿Cuáles son los límites del conocimiento científico para mejorar los diversos aspectos de la vida humana?... Aunque recientemente me han interesado las preguntas inversas (de las anteriores): ¿Cómo, y por qué, en algunos contextos las creencias y prácticas antiguas intentan (y en ocasiones lo logran) sustituir creencias científicas muy bien establecidas? ¿Cómo y por qué el conocimiento científico usado de formas específicas puede ser una amenaza para la vida humana?

        Para mi la filosofía es, siguiendo a William James, una actividad que busca los mejores medios al alcance capaces de hacer alguna diferencia en algún momento para alguna persona. Debo añadir a esa concepción jamesiana una condición deóntica: dicha diferencia no debería intencionalmente generar ningún daño mayor ni a dicha persona ni a su entorno. Desde mi punto de vista, es precisamente esa condición deóntica lo que nos obliga a hacer filosofía; obliga a que mediante la reflexión de la mayor generalidad y universalidad buscar, anticipar y/o bloquear el daño inadvertido que podría esconderse en las consecuencias de acciones concretas y específicas.

       Para satisfacer cabalmente esa caracterización de filosofía requerimos corregir y mejorar nuestro entendimiento de cualquier asunto humano en sus diversas dimensiones: históricas, sociales, morales, intelectuales. La ciencia moderna es la práctica humana, surgida muy recientemente (apenas cuatrocientos años), que más diferencias ha generado para el mayor número de personas de las formas más variables alrededor del mundo. Debemos, no obstante, tratar de responder preguntas tales como: ¿Cuáles son las razones y las condiciones por las cuales en ocasiones la ciencia ha generado daño inmenso a gran número de personas? ¿Por qué en algunas prácticas humanas fundamentales (como el derecho, la medicina, la política, etc.) hay dificultades, cuando no resistencia, para implementar actitudes y hábitos científicos? ¿Cómo, y por qué, sólo en algunas sociedades se decidió abandonar creencias y actitudes tradicionales y transformarlas en creencias y actitudes opuestas?, etc.

        La ciencia moderna no fue desde su inicio solamente una práctica más; siempre ha sido, y cada vez de manera más compleja y sofistica, una afluencia e integración de diversas prácticas. Desde sus incipientes inicios con Copérnico, Brahe, Galileo, Descartes, Horrocks, etc., requirió de herreros, vidrieros, matemáticos, juristas, historiadores, agrimensores, reyes ilustrados, mecenas, filósofos naturales, ingenieros, etc. Lo que genéricamente llamamos "ciencia moderna" fue en realidad una aglomeración, relativamente integrada y medianamente coherente, de diversas prácticas que previamente no estaban integradas. Me parece que la única forma de entender de manera general y abstracta esa aglomeración dinámica y compleja es mediante el estudio de su historia y su génesis, lo cual no puede ser de otra forma sino mediante el cuidadoso estudio de casos concretos y específicos.

INTERESES DE INVESTIGACIÓN

Historia de la epistemología; historia y filosofía de la ciencia moderna; epistemología de las prácticas de medición científica; historia de la filosofía de la ciencia; historia y filosofía de la astronomía moderna; evidencia científica; epistemología de las ciencias históricas; pragmatismo clásico (especialmente Charles Peirce y John Dewey); investigación de la investigación; lógica pragmática.

INVESTIGACIÓN EN CURSO

Mi investigación actual se ubica en el campo de la filosofía de la ciencia pragmatista. La investigación que realicé sobre la transformación de la medición astronómica de Ptolomeo a Kepler, y que quedó plasmada en mi libro Génesis de la medición celeste (2016), me permitió darme cuenta de la importancia de estudiar la medición científica en términos de prácticas de medición. Ello se debe a la ambigüedad del término "medición", el cual refiere tanto al producto como al proceso de realizar una medición. La filosofía de la ciencia historicista, campo en el cual me formé y trabajé durante años, no tiene los recursos analíticos ni suficientes ni adecuados para lidiar simultáneamente con procesos y sus productos; como tampoco con cuestiones sobre qué hace a un proceso confiable, y por qué. Encontré que la mejor forma de lidiar con ello eran los pragmatistas clásicos: Charles Peirce, William James y John Dewey.

        El proyecto principal en el que estoy trabajando contempla mostrar cómo es que temas fundamentales de la filosofía de la ciencia como progreso científico, subdeterminación de teorías, inconmensurablidad e inferencia pesimista son transformados cuando se plantean con herramientas del pragmatismo clásico, especialmente de Peirce y Dewey.

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